Prisionero de la soledad
que un día buscó y encontró.
Ya no pudo huir de ella
o tal vez no quiso.
Corazón encadenado que no avanza.
No hay camino si noy hay rumbo.
Cuando aquella mujer dijo no,
asesinó el amor que sentía.
Muerto en vida y solo
desterró de su alma la brujula,
las ganas de caminar
Sus ojos no vieron la amistad
de aquella otra que quiso ser amiga.
Cuarenta años pasaron
de angustiosa espera.
Largas noches,
días vacíos.
Ya duerme para siempre.
Nadie acudió a su entierro.
Ya descansa su gastado cuerpo
en aquel cementerio olvidado.
Pasan unos días...
Una anciana de cabellos de plata
se acerca a su tumba.
Ofrece una flor y una lágrima.
Aquel hombre fue amado.
Un desengaño le cegó,
pero fue amado
y nunca lo vio.
Santi Malasombra
La niebla secuestra mi mente. Exige un rescate. Escribir es el pago por mi libertad. Santi Malasombra
miércoles, 29 de agosto de 2012
miércoles, 15 de agosto de 2012
XXXI
Amenaza el ardiente sol
con su pirómano calor.
No sabe que no alcanza
al que desprende tu piel
junto a la mía.
Sudores de placer
con rayos de tormenta.
Caricias pirómanas
que encienden
hasta el más gélido
de los glaciares.
Besos húmedos como
el agua del huracán,
que gira poderoso
en busca de tu cuerpo.
Cuerpo caliente
que enloquece al mío.
Cuerpo dulce
que embruja mi paladar
con sabores prohibidos.
Sabores que se unen
para desafiar
la manzana prohibida.
Fruto del pecado
que quiero comer
para condenarme contigo.
El Paraíso no es tal
si no estás en él.
Las llamas del infierno
serán doblegadas
por nuestra pasión.
Ya no quemarán.
Servirán para iluminar
tu desnudez a contraluz,
tu boca melosa,
tus manos de seda,
con su pirómano calor.
No sabe que no alcanza
al que desprende tu piel
junto a la mía.
Sudores de placer
con rayos de tormenta.
Caricias pirómanas
que encienden
hasta el más gélido
de los glaciares.
Besos húmedos como
el agua del huracán,
que gira poderoso
en busca de tu cuerpo.
Cuerpo caliente
que enloquece al mío.
Cuerpo dulce
que embruja mi paladar
con sabores prohibidos.
Sabores que se unen
para desafiar
la manzana prohibida.
Fruto del pecado
que quiero comer
para condenarme contigo.
El Paraíso no es tal
si no estás en él.
Las llamas del infierno
serán doblegadas
por nuestra pasión.
Ya no quemarán.
Servirán para iluminar
tu desnudez a contraluz,
tu boca melosa,
tus manos de seda,
tus ojos de loba.
Santi Malasombra
martes, 14 de agosto de 2012
XXX
DIÁLOGO DE UNA MADRE Y SU HIJO
-¡Qué camino tan largo! Madre, ¿dónde vas?
-A buscar, mi niño, tu felicidad.
-Madre, tendré frío cuando baje el sol.
-No, porque mi pecho te dará calor.
-Pero, ¡es que me asusto en la oscuridad!
-No temas, mis ojos dos faros serán.
-¡Ay! Que los guijarros herirán mis pies.
-¡Nunca! Con mis uñas los arrancaré.
-Cuando sienta hambre, ¿quiénla saciará?
-Toda madre encuentra para su hijo pan.
-¿Y si no hallas agua cuando tenga sed?
-Sangre de mis venas te daré a beber.
-Cuando el sueño llegue, ¿dónde he de dormir?
-Nido de mis brazos haré para ti.
-Madre, yo quisiera jugar con el sol.
-Córtame las trenzas, que doradas son.
-¿Y si te pidiera flores de coral?
-Bajaré a buscarlas al fondo del mar.
-Madre, si ando mucho me cansaré al fin.
-No, porque mis piernas andarán por ti.
-¿Y si al fin no encuentras mi felicidad?
-Será que el mundo para ti no está.
Entonces, mi niño, cargaré tu cruz
para que al menos, no la lleves tu.
María Morrison de Parker
-¡Qué camino tan largo! Madre, ¿dónde vas?
-A buscar, mi niño, tu felicidad.
-Madre, tendré frío cuando baje el sol.
-No, porque mi pecho te dará calor.
-Pero, ¡es que me asusto en la oscuridad!
-No temas, mis ojos dos faros serán.
-¡Ay! Que los guijarros herirán mis pies.
-¡Nunca! Con mis uñas los arrancaré.
-Cuando sienta hambre, ¿quiénla saciará?
-Toda madre encuentra para su hijo pan.
-¿Y si no hallas agua cuando tenga sed?
-Sangre de mis venas te daré a beber.
-Cuando el sueño llegue, ¿dónde he de dormir?
-Nido de mis brazos haré para ti.
-Madre, yo quisiera jugar con el sol.
-Córtame las trenzas, que doradas son.
-¿Y si te pidiera flores de coral?
-Bajaré a buscarlas al fondo del mar.
-Madre, si ando mucho me cansaré al fin.
-No, porque mis piernas andarán por ti.
-¿Y si al fin no encuentras mi felicidad?
-Será que el mundo para ti no está.
Entonces, mi niño, cargaré tu cruz
para que al menos, no la lleves tu.
María Morrison de Parker
domingo, 12 de agosto de 2012
XXIX
El anochecer me alcanza cuando no estás.
La brisa de la tarde me asusta,
anuncia que el amor no volará esta noche.
Añoro el sol de la mañana, el amanecer de tu cuerpo, el nacimiento de tu risa.
La oscuridad me priva de tus ojos de loba.
Siento tus caricias en la ceguera del ocaso, pero quiero más...soy insaciable.
Mis sentidos desean la vida, todos ellos, sin excepción.
Verte, tocarte, olerte, degustarte, oirte...
Amanece para mi...Que la oscuridad se arrepienta de existir.
Que pida perdón por privarme de tu belleza.
Que la condenen por impedir nuestras miradas cómplices.
Cómplices para siempre.
Cómplices del delito de amar sin freno.
Cómplices de apasionados encuentros.
Que el juez de la noche no se atreva a juzgarnos.
La luz, apasionada y sincera, nos indultará...
Santi Malasombra
La brisa de la tarde me asusta,
anuncia que el amor no volará esta noche.
Añoro el sol de la mañana, el amanecer de tu cuerpo, el nacimiento de tu risa.
La oscuridad me priva de tus ojos de loba.
Siento tus caricias en la ceguera del ocaso, pero quiero más...soy insaciable.
Mis sentidos desean la vida, todos ellos, sin excepción.
Verte, tocarte, olerte, degustarte, oirte...
Amanece para mi...Que la oscuridad se arrepienta de existir.
Que pida perdón por privarme de tu belleza.
Que la condenen por impedir nuestras miradas cómplices.
Cómplices para siempre.
Cómplices del delito de amar sin freno.
Cómplices de apasionados encuentros.
Que el juez de la noche no se atreva a juzgarnos.
La luz, apasionada y sincera, nos indultará...
Santi Malasombra
jueves, 9 de agosto de 2012
XXVIII
La tierra prometida es tu dulce cuerpo
moldeado por los dioses para pecar.
Tus besos son la lluvia de maná
moldeado por los dioses para pecar.
Tus besos son la lluvia de maná
que matiene vivo el deseo.
Los rayos de la tormenta
sueñan con el poder
que emana de tus caricias.
El desesperado dolor de tu ausencia
inspiró al maligno demonio
para el más cruel de sus tormentos.
De primavera es tu sonrisa,
veraniegas tus curvas de mujer,
otoñales atardeceres la serenidad
del reposo junto a ti.
El más frío invierno, excusa
para unir nuestros cuerpos.
Yo, el mendigo que suplica
a la Madre Gaia tus labios
de néctar de mil flores.
Para que me susurren al oído.
Para que me besen.
Para mi.
Los rayos de la tormenta
sueñan con el poder
que emana de tus caricias.
El desesperado dolor de tu ausencia
inspiró al maligno demonio
para el más cruel de sus tormentos.
De primavera es tu sonrisa,
veraniegas tus curvas de mujer,
otoñales atardeceres la serenidad
del reposo junto a ti.
El más frío invierno, excusa
para unir nuestros cuerpos.
Yo, el mendigo que suplica
a la Madre Gaia tus labios
de néctar de mil flores.
Para que me susurren al oído.
Para que me besen.
Para mi.
Santi Malasombra
martes, 7 de agosto de 2012
XXVII
Fríos sudores recorren mi ser
al escuchar tu nocturno aullido.
Lobo sediento y perdido
que busca agua para beber.
Sólo con verte mi sed apago
y siento tus caricias bellas
envidiado por las estrellas
que no gozan de tu halago.
Mi fortuna esta en ti
en tu dulce piel de loba
que mi corazón roba
cuando te acercas a mi.
Fríos sudores recorren mi ser
cuando pienso en perderte,
pero lucho por merecerte
y que me des de beber.
Santi Malasombra
al escuchar tu nocturno aullido.
Lobo sediento y perdido
que busca agua para beber.
Sólo con verte mi sed apago
y siento tus caricias bellas
envidiado por las estrellas
que no gozan de tu halago.
Mi fortuna esta en ti
en tu dulce piel de loba
que mi corazón roba
cuando te acercas a mi.
Fríos sudores recorren mi ser
cuando pienso en perderte,
pero lucho por merecerte
y que me des de beber.
Santi Malasombra
lunes, 6 de agosto de 2012
XXVI
Abrió los ojos con dificultad. Las lágrimas secas habían cristalizado en sus párpados.
La oscuridad era absoluta. Oscuridad implacable que le hizo dudar de su visión.
No recordaba qué había pasado. Adelantó las manos y, apenas a unos centímetros,
encontró un muro con la consistencia de la madera trabajada. ¿Estaba viva?
El sonido de unos arañazos al otro lado parecía contestar que si.
No se atrevía a decir nada, aunque probablemente no habría podido.
Algo atenazaba su garganta, algo inexplicable, sin forma.
El terror había paralizado sus sentidos.
Sólo su oído parecía estar funcionando.
Los arañazos seguían.
Parecía que al otro lado había una bestia.
Tal vez, con ganas de sangre. El pensamiento de la sangre
volvió a su mente. Empezaba a recordar...
Al otro lado había mucha sangre, demasiada sangre.
Ella sólo era una niña de siete años,
¿porqué estaba escondida? ¿de qué huyó?
El tacto de unas prendas le confirmó sus sospechas:
Se había escondido en un armario de su casa.
Intentó salir, pero las piernas no le respondieron.
Se arrodilló sollozando y, como si de una conversación macabra se tratara,
los arañazos en la puerta volvieron a aparecer.
Algo la estaba esperando. ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué?
Una visión la golpeó sin pìedad.
En su mente se dibujó la imagen de su hermano de dos años.
Estaba en su cuna. Envuelto en una sábanita de color rojo oscuro.
Ya no era blanca. Él estaba inmovil. Sin vida.
Un cuchillo en su frágil cuello se la había llevado.
Se vio a si misma corriendo a la habitación de sus padres,
saltando sobre su cama y pidiendo ayuda.
No le contestaban. Sus cuellos también estaban cortados.
Mucha sangre...Demasiada sangre.
No entendía qué pasaba y huyó a esconderse en el armario.
Intentó abrir la puerta, pero algo en sus infantiles manos
se lo impedía. Era un cuchillo de cocina.
Lo miró y comprendió.
La memoria había vuelto por completo.
¡Había asesinado a su familia!
Liberada de su angustia abrió la puerta.
Allí estaba su gato, buscando sus caricias.
Tenía la boca manchada de sangre...Demasiada sangre.
Se había alimentado bien.
Lo sentó en su regazo, lo acarició con amor.
Ya estaban solos y una sonrisa iluminó aquella cara de niña.
Santi Malasombra
La oscuridad era absoluta. Oscuridad implacable que le hizo dudar de su visión.
No recordaba qué había pasado. Adelantó las manos y, apenas a unos centímetros,
encontró un muro con la consistencia de la madera trabajada. ¿Estaba viva?
El sonido de unos arañazos al otro lado parecía contestar que si.
No se atrevía a decir nada, aunque probablemente no habría podido.
Algo atenazaba su garganta, algo inexplicable, sin forma.
El terror había paralizado sus sentidos.
Sólo su oído parecía estar funcionando.
Los arañazos seguían.
Parecía que al otro lado había una bestia.
Tal vez, con ganas de sangre. El pensamiento de la sangre
volvió a su mente. Empezaba a recordar...
Al otro lado había mucha sangre, demasiada sangre.
Ella sólo era una niña de siete años,
¿porqué estaba escondida? ¿de qué huyó?
El tacto de unas prendas le confirmó sus sospechas:
Se había escondido en un armario de su casa.
Intentó salir, pero las piernas no le respondieron.
Se arrodilló sollozando y, como si de una conversación macabra se tratara,
los arañazos en la puerta volvieron a aparecer.
Algo la estaba esperando. ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué?
Una visión la golpeó sin pìedad.
En su mente se dibujó la imagen de su hermano de dos años.
Estaba en su cuna. Envuelto en una sábanita de color rojo oscuro.
Ya no era blanca. Él estaba inmovil. Sin vida.
Un cuchillo en su frágil cuello se la había llevado.
Se vio a si misma corriendo a la habitación de sus padres,
saltando sobre su cama y pidiendo ayuda.
No le contestaban. Sus cuellos también estaban cortados.
Mucha sangre...Demasiada sangre.
No entendía qué pasaba y huyó a esconderse en el armario.
Intentó abrir la puerta, pero algo en sus infantiles manos
se lo impedía. Era un cuchillo de cocina.
Lo miró y comprendió.
La memoria había vuelto por completo.
¡Había asesinado a su familia!
Liberada de su angustia abrió la puerta.
Allí estaba su gato, buscando sus caricias.
Tenía la boca manchada de sangre...Demasiada sangre.
Se había alimentado bien.
Lo sentó en su regazo, lo acarició con amor.
Ya estaban solos y una sonrisa iluminó aquella cara de niña.
Santi Malasombra
XXV
La libertad de pensamiento es propia de los que piensan libremente.
Pero eso no es una verdad absoluta, al menos para mí.
A menudo soy incapaz de controlarlos y viajan sin control.
Pienso, luego existo. Dijo un folósofo o un antenista o algo así.
Todos tenemos múltiples personalidades.
Depende de nuestra mente cúal usamos en cada momento.
Por ejemplo, yo me acabo de sentar frente al ordenador, pensaba dar las buenas tardes y punto,
pero en cambio he escrito estas cosas que, luego las releeré a ver si tienen sentido.
Aunque sinceramente me da igual.
Es un buen entrenamiento para avanzar en mi locura. Buenas tardes.
Santi Malasombra
Pero eso no es una verdad absoluta, al menos para mí.
A menudo soy incapaz de controlarlos y viajan sin control.
Pienso, luego existo. Dijo un folósofo o un antenista o algo así.
Todos tenemos múltiples personalidades.
Depende de nuestra mente cúal usamos en cada momento.
Por ejemplo, yo me acabo de sentar frente al ordenador, pensaba dar las buenas tardes y punto,
pero en cambio he escrito estas cosas que, luego las releeré a ver si tienen sentido.
Aunque sinceramente me da igual.
Es un buen entrenamiento para avanzar en mi locura. Buenas tardes.
Santi Malasombra
domingo, 5 de agosto de 2012
XXIV
Es por ti que veo rios
donde sólo hay asfalto
Es por ti que veo océanos
donde sólo había charcos.....
-Santi, Santi...Pero si esto es la letra de una canción.
-Malasombra, es que no se me ocurre nada.
-Escribe algo original, anda.
-No creo que pueda, Malasombra.
Me quedé sin palabras para ella.
¿Cómo describir el placer de verla entre mis brazos?
Ese instante en que nuestros cuerpos se funden
en una aleación sin limites, orgásmica.
Pasionales miradas de fuego lujurioso
que con ojos cerrados sentimos.
Jadeos, voces agitadas...Gritos.
Su tembloroso cuerpo ofrecido sin límite,
sus brazos reclamando el mío...Que ya no lo es...Le pertenece.
Las palabras jamás osarían describir
el éxtasis que secuestra nuestros cuerpos.
Ni la diosa Afrodita pagaría el rescate,
ni Eros se atrevería a rescatarnos.
Finalmente, la paz del abrazo eterno,
suave, bello y celestial..
Siento la brisa de tu respiración...
No encuentro palabras para esto,
Sólo sentidos primarios y ancestrales.
No encuentro palabras...Son prescindibles...
Sólo me interesan las que escribas
en mi espalda desnuda
con tus garras de loba.
Santi Malasombra
donde sólo hay asfalto
Es por ti que veo océanos
donde sólo había charcos.....
-Santi, Santi...Pero si esto es la letra de una canción.
-Malasombra, es que no se me ocurre nada.
-Escribe algo original, anda.
-No creo que pueda, Malasombra.
Me quedé sin palabras para ella.
¿Cómo describir el placer de verla entre mis brazos?
Ese instante en que nuestros cuerpos se funden
en una aleación sin limites, orgásmica.
Pasionales miradas de fuego lujurioso
que con ojos cerrados sentimos.
Jadeos, voces agitadas...Gritos.
Su tembloroso cuerpo ofrecido sin límite,
sus brazos reclamando el mío...Que ya no lo es...Le pertenece.
Las palabras jamás osarían describir
el éxtasis que secuestra nuestros cuerpos.
Ni la diosa Afrodita pagaría el rescate,
ni Eros se atrevería a rescatarnos.
Finalmente, la paz del abrazo eterno,
suave, bello y celestial..
Siento la brisa de tu respiración...
No encuentro palabras para esto,
Sólo sentidos primarios y ancestrales.
No encuentro palabras...Son prescindibles...
Sólo me interesan las que escribas
en mi espalda desnuda
con tus garras de loba.
Santi Malasombra
miércoles, 1 de agosto de 2012
XXIII
Mística, blanca y maldita luna...
Me dejaste soñar, creer y amar
a una loba convertida en mujer.
Ahora la reclamas y ella te siguió...
Transformando en pesadillas mis sueños,
en dolor mi gozo,
en sordas mis palabras,
en desesperado llanto
mi alegre sonrisa.
Yo te maldigo, luna...
Con antorchas quemaré el bosque
donde escondes a mi amada.
Mil brujas reuniré para romper el hechizo.
Apagaré tu luz con mis ojos de odio...
Arrasaré cielos, tierras, mares y almas...
Estrellas, planetas y galaxias...
¡No me juzgues!
No tienes derecho, luna...
Mi corazón te llevaste al quitarme mi loba.
Nada importa, no hay oxigeno, no hay vida.
Santi Malasombra
Me dejaste soñar, creer y amar
a una loba convertida en mujer.
Ahora la reclamas y ella te siguió...
Transformando en pesadillas mis sueños,
en dolor mi gozo,
en sordas mis palabras,
en desesperado llanto
mi alegre sonrisa.
Yo te maldigo, luna...
Con antorchas quemaré el bosque
donde escondes a mi amada.
Mil brujas reuniré para romper el hechizo.
Apagaré tu luz con mis ojos de odio...
Arrasaré cielos, tierras, mares y almas...
Estrellas, planetas y galaxias...
¡No me juzgues!
No tienes derecho, luna...
Mi corazón te llevaste al quitarme mi loba.
Nada importa, no hay oxigeno, no hay vida.
Santi Malasombra
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