domingo, 6 de septiembre de 2015

CII



Gota de lluvia
que al lago cae
desde la negra nube
de tormenta.
El lago está calmado y
la gota está triste.
Se acabaron los viajes
por los bravos ríos.
Ya no hay paseos
entre montañas
y verdes bosques.
Ya no disfruta
de las caprichosas
curvas del
travieso arroyo.
Ya no llegará al mar,
no danzará con sus olas,
no besará las playas
de arena y sal.
En el lago
hay paz
y ella es una guerrera.
No es su sitio,
no es su hogar.
La gota está triste
y pide morir.

Pero un rayo de sol
se apiada de ella.
La abraza con su calor
y la lleva
a una nube 
que viaja 
con el viento
rumbo al mar.
La gota se deja caer
al impetuoso océano
sellando la incertidumbre
de su destino.
No sabe dónde irá,
qué aventuras vivirá,
pero es libre...
Así lo quiere el sol
que conoce a la gota de agua
que al lago cayó:
es la lágrima
por el amor caído,
por el sueño roto
del incansable
soñador.
Es mi lágrima...

Santi Malasombra