El viaje hacia tu cuerpo
es la soñada aventura
para la que parto.
Navego hacia
el horizonte
de tu amor.
Diviso tu piel
salpicada del agua
que el mar arroja.
Sirenas de legendaria
belleza contigo danzan.
Poderosos tiburones
de blanco torso
tu paso guardan.
Mi nave se acerca
y mis marineros
de miedo tiemblan.
Mil tormentas en una
se abaten sobre mi.
El fuego de San Telmo
se enfurece
por mi osadía.
Solo quiero verte,
mirarte a los ojos,
dar fe de la creación
de la más bella
de las mujeres.
¡Pobre infeliz!
Mi atrevimiento
pago con el naufragio.
Amanece en la isla
y mis ojos se abren.
En la orilla del mar
mi cuerpo está.
Pero mi alma
lejos se encuentra.
Secuestrada por ti,
cautiva de tu
dulce y mortal sonrisa.
Prisionera de tus
salados labios.
Ya no necesito
respirar más.
¡Te he visto!
¡He ganado!
¡Eres mía!
Santi Malasombra