Madrugadas mágicas
de infantiles deseos
y blancas ilusiones.
Sueños imposibles
son los míos.
Sueños de alma errante
que no descansa.
Caminos sin rumbo
adornados de tristeza
y desesperado dolor.
Días borrados
por lágrimas
de ausencia.
Pero anoche
soñé contigo.
No estés triste,
mi niño.
Susurraste con
tu voz de miel.
Si tú lloras,
no cesarán
mis lágrimas.
Sólo río
cuando ríes.
Vivo en ti
cuando tu vives.
Mis abrazos
en tus sueños
siempre estarán.
Yo velaré por ti
cuando duermas.
Vela tú por mí
cuando despierto estés
siendo feliz.
Acepta, mi niño,
este regalo
y vive para mí.
Sí, madre, lo haré.
Santi Malasombra
¡Que bonito ! No se si sera porque soy madre, si sera porque yo perdí a mi madre.
ResponderEliminarLo que he leido. No sigo, porque es la cuarta vez que hago u largo comentario y se me pierde. .,
Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarNo se si será porque soy madre, si será porque ya he perdido a mi madre. Lo que he leído me a llegado a lo mas profundo del corazón, a ese rincón donde se guardan todos los sentimientos. El amor, el desamor, los sueños, las realidades, las alegrías y las penas. Sobre todo las penas, esa que se siente al perder a quien tanto amamos, esa pena que aunque parezca olvidada, a lo largo de los años, queda en el corazón enquistada para mientras vivamos.
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