lunes, 29 de octubre de 2012

XLII

Dispuesto para exhalar
mi último aliento.
Ahogado por la ausencia
de palabras dignas.
Dignas de la belleza
de la reina del bosque.
Ya la parca se acerca
y se posa a mi lado.
Cierro mis ojos
indefenso y rendido.
De repente se escucha
un rugido guerrero
que estremece la tierra.
La negra dama
tiembla de miedo.
Inútil es su guadaña
ante el poder de la Loba.
Que se acerca desafiante,
aterradora y hermosa.
Mis ojos se abren,
mis manos se alzan,
mi cuerpo recobra
la sangre perdida.
Estoy vivo y respiro.
Respiro el aire
que desprende tu boca.
¡Quédate a mi lado!
Necesito tu alma
para combatir.
Necesito tu cuerpo
para caminar.
Te necesito, Loba,
para vivir...

Santi Malasombra

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