Noches de luz
que no tienen fin.
Mesas de viandas
sobre manteles
floreados.
Risas de niños
y adultos
que no cesan.
Finjo felicidad,
sí, finjo.
Se me da bien
desde hace mucho,
mucho tiempo.
Todos lo saben
y aceptan
la comedia.
Se apagan las luces,
se acaban los platos,
mueren las risas
y nace mi noche.
La noche
más larga,
más amarga,
más necesaria,
más mía...
Pero la noche
que llaman buena
da paso al amanecer
y camino de nuevo
con paso firme
y sonriendo.
Derroté a mis lágrimas
sonriendo...
Otra vez...
Santi Malasombra
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