Siempre presente está tu ausencia.
Tu cuerpo de miel en la cama vacía.
Tu pelo de trigo danzando en la calma.
Tus manos de ángel en mi espalda gastada.
Tus ojos de niebla en la oscuridad.
Tus besos de lava en mis labios fríos.
Tu voz de diosa en el silencio.
Tus abrazos eternos en mi adiós.
Tus lentas caricias en mi soledad.
Siempre presente está tu ausencia.
Siempre...
Santi Malasombra
¡ Cuanto duelen las ausencias,,,! La esperanza del retorno, mitiga el dolor, y el consuelo de que alguien llene ese vacío, una ilusión. Que bonitas cosas escribes, M.N.
ResponderEliminarMuchas gracias, M.N. Sí que duelen, sí.
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