La luna crece al ritmo
que unos suspiros marcan.
Una estrella se acerca,
pero no se acerca.
Es el deseo de
acariciar una quimera.
La luna llena brilla
con la luz de unos ojos.
La estrella ahí sigue
inmóvil, cegada,
hipnotizada
por el sueño de un beso.
La luna se apaga,
muere sin decir adiós.
La estrella grita,
maldice, llora...
La luna crece...
La estrella de ilusión
vuelve a llenarse...
La luna crece, brilla, muere
y la estrella
siempre espera...
Santi Malasombra
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