domingo, 2 de marzo de 2014

LXVI

Escucha al viento
que en la noche grita.
Son los gemidos
de los que no tienen voz.
Desesperadas voces
de los que mueren de amor.
Dulce brisa que se torna
en tormentoso llanto.
Viento que un tango
baila con las ramas
del triste árbol
que no es regado
por tu pasión.
Cruel saeta vestida
de furiosa ráfaga
que ahoga mi canto.
Como el mar
ahoga la melodía
de las bellas sirenas.
Ruge, viento.
Aúlla como el lobo
que a la luna habla.
Ruge, viento.
Escribe para ella
el soneto
que yo no pude.
Cuéntale mi muerte
y mi vida.
Sé mi trovador,
poderoso viento.
No pares nunca
de contarle
que caminas para ella.
Mujer de grises ojos,
escucha al viento
que te hablará de mí.
Escucha al viento.
Escúchalo...
Soy yo.


Santi Malasombra

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