miércoles, 13 de junio de 2012

XI

De frialdad y falsedad en mis palabras me acusas.
A mi, que me postré ante tus pies.
Que te seguí al bosque sin condiciones.
Que renuncié a todo por ti.
Que temblaba de gozo ante tus aullidos.
Ahora aullas a la luna.
Luna de gélidas y distantes rocas.
Luna que ilumina sólo cuando quiere
algo de sus siervas en la tierra.
Luna que oculta su lado oscuro.
Intenté ser el lobo alfa y no lo conseguí.
Loba guerrera y poderosa.
Loba implacable y perturbadora.
Loba de sinuosas curvas femeninas.
Caminaré hacia la espesa niebla
con la sequía de lágrimas en mis ojos...
Esperando el día del Juicio.
El fiscal del amor me acusará y yo,
cabizbajo y triste, renunciaré a la defensa.
Deseo que el tribunal me presente a la parca,
de no ser así, mi condena será insufrible.
Ofrecí la sangre de mis venas,
el aliento de mi alma gastada por siglos de busqueda,
todo mi ser palpitaba por ti...Y lo sigue haciendo.
El placer de una sola de tus palabras
no es comparable a nada de este mundo.
Una de tus caricias es motivo para vivir.
Tu ausencia hace que mi destino no importe.
Cruel sino será seguir respirando sin tu mirada.
Loba, mátame...Apiádate de mi y mátame.
Acaba con la agonía de este príncipe
que, humilde y triste, camina desesperado.
Recuerdos de placenteros encuentros
no son suficientes.
No quiero recordar, quiero vivir.
Vivir a tu lado.
O morir...
 
Santi Malasombra

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