jueves, 9 de agosto de 2012

XXVIII

La tierra prometida es tu dulce cuerpo
moldeado por los dioses para pecar.
Tus besos son la lluvia de maná
que matiene vivo el deseo.
Los rayos de la tormenta
sueñan con el poder
que emana de tus caricias.
El desesperado dolor de tu ausencia
inspiró al maligno demonio
para el más cruel de sus tormentos.
De primavera es tu sonrisa,
veraniegas tus curvas de mujer,
otoñales atardeceres la serenidad
del reposo junto a ti.
El más frío invierno, excusa
para unir nuestros cuerpos.
Yo, el mendigo que suplica
a la Madre Gaia tus labios
de néctar de mil flores.
Para que me susurren al oído.
Para que me besen.
Para mi.
Santi Malasombra

No hay comentarios:

Publicar un comentario