martes, 14 de agosto de 2012

XXX

 DIÁLOGO DE UNA MADRE Y SU HIJO


-¡Qué camino tan largo! Madre, ¿dónde vas?
-A buscar, mi niño, tu felicidad.
-Madre, tendré frío cuando baje el sol.
-No, porque mi pecho te dará calor.
-Pero, ¡es que me asusto en la oscuridad!
-No temas, mis ojos dos faros serán.
-¡Ay! Que los guijarros herirán mis pies.
-¡Nunca! Con mis uñas los arrancaré.
-Cuando sienta hambre, ¿quiénla saciará?
-Toda madre encuentra para su hijo pan.
-¿Y si no hallas agua cuando tenga sed?
-Sangre de mis venas te daré a beber.
-Cuando el sueño llegue, ¿dónde he de dormir?
-Nido de mis brazos haré para ti.
-Madre, yo quisiera jugar con el sol.
-Córtame las trenzas, que doradas son.
-¿Y si te pidiera flores de coral?
-Bajaré a buscarlas al fondo del mar.
-Madre, si ando mucho me cansaré al fin.
-No, porque mis piernas andarán por ti.
-¿Y si al fin no encuentras mi felicidad?
-Será que el mundo para ti no está.
 Entonces, mi niño, cargaré tu cruz
 para que al menos, no la lleves tu.

 María Morrison de Parker

No hay comentarios:

Publicar un comentario